El libro va introduciendo la noche como un momento en el que todo parece calmarse y dormirse: la ciudad, los helados, la calesita, los ratoncitos…
Pero esa calma aparente invita al lector y a los pequeños a descubrir si en verdad todos duermen o si hay algo más. Hay un juego de repeticiones y sorpresas que acompaña la rutina de ir a dormir.
En cada página, se va reforzando la sensación de cierre del día pero también la ternura del momento “buenas noches”. Así el niño o la niña se va acomodando para el sueño, acompañado por la lectura.
Mensaje principal
Fomenta la rutina del sueño de forma amorosa y segura: ayuda al pequeño a reconocer que el mundo se apaga poco a poco, y que él/ella también puede descansar.
Invita a la lectura en voz alta como parte de ese ritual nocturno: al incorporar repeticiones y ritmo, convierte el momento de dormirse en uno de calma y vínculo.
Transmite que incluso cuando creemos que “todos duermen”, el acto de dormir es especial —y el lector es protagonista de ese momento final del día, con su cuento, su voz, su conexión con un adulto.
