Armar pistas y circuitos en niños y niñas a partir de 5 años es super recomendado:
Desarrollo de la motricidad fina: Manipular piezas pequeñas para crear circuitos y ensamblar pistas mejora la coordinación mano-ojo y fortalece la precisión en los movimientos.
Estimulación del pensamiento lógico y la resolución de problemas: Diseñar circuitos y construir ciudades requiere planificar, probar y ajustar, lo que promueve habilidades analíticas y pensamiento crítico.
Fomento de la creatividad e imaginación: Los niños y niñas crean historias y situaciones mientras construyen, lo que estimula su capacidad narrativa y potencia su imaginación.
Comprensión de conceptos espaciales y matemáticos: Al armar pistas y organizar espacios, los niños trabajan con nociones de espacio, equilibrio, simetría y secuencias, reforzando conceptos matemáticos básicos.
Desarrollo socioemocional: Cuando juegan en grupo, los niños practican la comunicación, el trabajo en equipo y el respeto por las ideas de los demás, aprendiendo a negociar y cooperar.
Paciencia y perseverancia: La construcción de circuitos y ciudades implica enfrentar retos y resolver errores, fomentando la perseverancia y la tolerancia a la frustración.
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